Seven times I circled the known parts of the world,
its plateaus and majestic forests,
the highest peaks, the fields of wheat,
the deserts of tunics and camels,
the urban chaos.
In my baskets I brought incense to celebrate life,
and at times I gathered passionate encounters
that I often spent in torrents.
In my last season,
when the loss of longed for leaves was inevitable,
even the tree of good and evil fell to autumn in my path.
The most delicious fruits in my lips tasted empty,
but I kept eating them to know myself alive.
At times, I confused the knife with hope,
and each time I crossed the sea,
I heard the song of some sailor.
Soon I returned to the books,
to those who have known me so long,
alongside my first house.
It had been there always,
while I turned with the world.
I burned wings at dizzy speeds,
I took the most beautiful bodies
and claimed that no one dies from love.
Then, I sought the original path
and climbed to the pleasure of contemplation
and touching the great miracle of nakedness.
Every morning, during the rain,
a certain love wakes within me
and scatters this scent of myrrh and spring.
Returnto the sea, Arrowsmith Press
6 /abril 2007
Haiku
Poesía, luz
quetzal, me toca de astros,
mar esmeralda...
Instalación El Pulpo, Instituto de Cultura Puertorriqueña
29/marzo 2007
El pájaro de luz
El pájaro de luz conmigo nació
y a él debo mi estrella,
converjo con su energía armoniosa,
diosa vital que me lleva de la mano.
El gozo de su aleteo al ras de mi cabeza
roza el instante de la poesía,
disipa sombras
trae mensajes del pueblo de la lluvia.
El pájaro de luz me inicia
en el amor sin tiempo.
Portafolio Los pájaros de la diosa
nov./ 2005
Escribo las memorias de un largo, vivaz poema
y su manzana que me nutre
y transmite su conjuro de pasión sobre mi piel
Ah, pasión, esta única baella,
entre todas esas consabidas estaciones del paraíso,
entre todas esas nombradas claves del símbolo.
Ay, pena de mí, pasión mía, jaguar mío,
que fluyes por todas las fechas de mi vida,
el vértigo y la furia en el laberinto.
Ah, felino que se pasea surreal
y me excita, me transforma, me pacifica
y me impulsa a escribir
el poema.
Memorias de un poema y su manzana 2005
Décimas de Eugenio María
Tanto amor americano
sembrado en tu corazón,
peregrino con razón,
las semillas en tu mano,
niño, pájaro, antillano,
Caribe, Eugenio María,
árbol, padre, que vivía
enseñando el pensamiento
como estrella y crecimiento
de libertad algún día.
Amor es el de tu estrella,
sostenida luz, constante.
Que no duden ni un instante
de tus ansias la más bella.
¡Libertad! Y sólo ella,
única y sin vestidura,
dueña de sí, la más pura,
la más fiel entre tus lucha,
en tu boca la más ducha,
bienamada que perdura
Tu barco amanece en puerto
bajo el cielo en alta vela
la bandera que se anhela,
como el saber, en un huerto,
de esperanzas que no han muerto,
flor, luz, Eugenio María
de Hostos, de azul mar vigía
de tus islas y mujeres,
de tus hombres de quien eres
el poema, espada y guía.
I.
Este es el canto justiciero
como lo son mis ojos y el amor de ustedes,
el color de nuestra piel en lucha.
Ante las paredes de la bestia,
seamos como el amanecer, inviolables,
sabios y locamente santos.
Ante los demonios del imperio
seamos ángeles libertarios,
expertos saboteadores de las noches
ocupadas por marines,
de la tierra tuya y mía ocupada por marines
y supertanqueros
y mucho inglés
y poca leche y poco arroz
y ningún día libre,
verdadero, digo, como para decir: no más yanquis,
no más bombas, no más ladrones del futuro.
no más guerra.
Este es nuestro canto.
El que sienta miedo, que respire hondo,
que piense en el mar
en el beso de su amante.
Intervenidos 2003
Blues
No mirarte es el blues,
no beber la savia de la más antigua religión,
la vida.
Bravo al blues que aviva la llama,
bravo a tu terrestre figura que me atrae
y me eleva, al viento que te impulsa.
Para el viento, mi mantra,
para mí, tus labios que me guían,
tu boca que recorre la geografía de mi cuerpo.
No besarte es el blues,
el mar del sur en la distancia es el blues,
el viaje sin tu beso.
El viaje de los besos 2000
De la flor y la muerte
Si la luna me reclama
y hace disolver a mis peces,
pensaré, cual relámpago,
lo que de la flor y la muerte
cantaba Netzahualcóyotl,
antes que los falsos dioses profanaran
esmeralda, jaguar y corazón.
O en lo que, impelido de amor por abrazar
esa luna en su espejo,
llevaría a Li Tai Po,
en el esplendor de la era de Tien Tao,
a inclinarse mortalmente sobre el lago.
De la flor, del mar y de la muerte 2000
IV
Su infancia fue la lluvia.
Creció entre ciudades y casi paraísos.
Su presencia era flecha, instante de luna,
cuenca y cauce que amanecidos.
Muchas veces pensó escribir
el nombre de sus amantes en la ostra
y no mirar atrás
el fatídico desenlace.
Sus aliados fueron el distante almendro,
el ovillo con que tejía sus días
y sus noches.
Entre ciudades y casi paraísos 1995